martes, 15 de octubre de 2013

CAPÍTULO 1. LA COMPUTADORA EN LA ACTUALIDAD: DEL CÁLCULO A LA CONEXIÓN


Aunque las computadoras llevan con nosotros dese hace medio siglo, las raíces de estos dispositivos se extienden mucho más allá de cuando Charles Babbage concibió la máquina analítica en 1823. Estas extraordinarias máquinas están construidas sobre siglos de esfuerzo intelectual. Las computadoras nacieron por la necesidad humana de cuantificar. La flexibilidad de la computadora no se encuentra en el hardware, el secreto está en el software, también llamados programas, que son las instrucciones que le dicen al hardware cómo transformar el dato de entrada en la salida adecuada. En la Segunda Guerra Mundial se construyó una máquina capaz de calcular tablas de trayectorias para las nuevas armas.

Los tres dispositivos que definen las tres primeras generaciones de computadoras son las válvulas de vacío, que albergan unos pocos conmutadores en un espacio similar al de una bombilla, el transistor, que permitía a los ingenieros incluir la misma circuitería en un paquete semiconductor que era pequeño, más frío y mucho más fiable, y los chips de silicio, cuyos primeros ejemplares incluían varios transistores en una <<manchita>> mucho más pequeña que un solo transistor.  Las computadoras han evolucionado en su fiabilidad, tamaño, velocidad, eficiencia y costo. Desde su inicio, todos los avances en la tecnología de las computadoras han presentado ventajas similares sobre aquella a la que sustituía.

El desarrollo del microprocesador por parte de los ingenieros de Intel provocó cambios radicales e inmediatos en el aspecto, potencia y disponibilidad de las computadoras. Actualmente un solo chip del tamaño de una uña puede contener el equivalente a millones de transistores. La revolución de las microcomputadoras comenzó a finales del 70 cuando compañías como Apple, Commodore y Tandy presentaron computadoras de bajo coste y del tamaño de una máquina de escribir tan potentes como los antiguos <<armarios>>. Antes de la revolución de las microcomputadoras, la mayoría de la información que se procesaba era realizada por mainframes, máquinas del tamaño de una gran sala. Los mainframes y las supercomputadoras ofrecen más potencia y velocidad que las pequeñas máquinas de escritorio, pero son mucho más costosas de mantener y operar con ellas.

Los servidores, las estaciones de trabajo, las computadoras personales y una gran variedad de dispositivos portátiles ofrecen la potencia de procesamiento necesaria a aquellos usuarios que no necesitan de las capacidades de un mainframe.

Cuando las computadoras personales comenzaron a sustituir a los mainframes, muchos usuarios se dieron cuenta que tenían toda la potencia de computación que necesitaban en sus escritorios. A pesar de ello también encontraron que enlazar algunas de estas computadoras en una LAN (Red de área local, Local Area Network) o red para abreviar, ofrecía muchas ventajas, cuando las máquinas se agrupaban podían compartir recursos como dispositivos de almacenamiento, impresoras e incluso capacidad de almacenamiento. La aparición de la tecnología de telecomunicaciones permitió que las WAN (Red de área amplia, Wide Area Network) no respetaran ni continentes ni océanos. Una computadora remota podía conectar con una red a través de líneas telefónicas estándar usando un módem.

Las computadoras y la tecnología de la información han cambiado al mundo de forma rápida e irreversible. Nuestra civilización se encuentra en plena transición desde una economía industrial a otra que podríamos llamar como era de la información.

No hay comentarios:

Publicar un comentario